flor obscura VI

es negra la espuma de la voluntad

alma perdida rindes la fe
ante el altar de un dios efímero
apesebrada en las palabras

coral de fuego el iris
ataúd de ébano
para tu cuerpo demorado

y una espada blanca
embajadora de la sangre

sueño terminal

pecho de yedra herido por ballestas
en el pulmón del sueño

el reloj se divierte con tus versos de fuego
los espejos enturbian la elegante cadencia

concitada en los cuerpos ateridos y ciegos
que transitan las calles

noche en el centro mudo de las cosas
voraz y sigilosa

¿contra qué fe sin dueño te levantas
si no alienta en tu seno la belleza?

Dibujo de Manolo Marcos

ética quinta

contra la sed un imán y tensión
hacia el norte

bajo la piedra mora la humedad del hígado
o acaso liba en tu corazón

escribe con tu sangre
sobre los párpados de los ciegos

hay un muerto esperándote en casa
hay un sol encelado en la boca
rencorosa y astuta que te nombra

así
serás tenido
por un hombre severo con raíces
cuya insaciable médula se seca
como un árbol talado por el viento

y tus hijos serán sabios en astros
o quizás
venenosa ralea de congénitos
que ofician la religión de un sombrero

Colaje de Robert Rozelrav

flor obscura V

en acto

el nítido fulgor de la estrella
que a los ojos del muerto
cuanto toca embellece,
la rosa primitiva de la ausencia
se quema entre las manos oferente

es el rayo la espina
el agua roja encarnadura que recoge
los tallos del frío, sucias puyas
de exactitud en mitad de las vértebras

en potencia

bebo en la noche rota el cáliz
de la sangre compartida, hueso sin médula,
a la pureza de un aroma vistes
con desnudez de dioses escondidos

más dulcemente tiemblan unas flores
cuando el dolor del hombre grita
en las campanas del vacío

Pintura de Joan Miró