Abre la mariquita su eléctrica armonía
de élitros radiantes
dos tonos,
rojo térmico y pulpas negras.
Damasco duerme en alcotán
aceros líquidos
sacrifica aquí tu cristiano romanticismo
para que un niño aprenda el gozo.
El canto eterno del azul celeste,
la transparente bruma
del
sur.
Colaje de Silviu & Irina Székely |
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